LA SANTA CENA

La Santa Cena 1 Cor. 11:23-30

Introducción
Me veo en la necesidad de preparar este mensaje, debido a que tengo ya varios meses de observar al pueblo del Señor, no participar de este sagrado sacramento, no lo hacen por que sus conciencias son presa del pecado o de algo que ellos consideran pecado y se privan de un elemento que permite el crecimiento espiritual, por todos los detalles que están representados en la Santa Cena. Voy a comentar nuestra lectura y otros pasajes de la Escritura para dejar claro el punto, asi que por favor sígame.
Le traslado un fragmento de la confesión belga de fe.
Creemos, que nuestro buen Dios, atento a nuestra rudeza y flaqueza nos ha ordenado los Sacramentos para sellarnos sus promesas, y para ser prendas de la buena voluntad y gracia de Dios hacia nosotros, también para alimentar y mantener nuestra fe; los cuales unió a la Palabra del Evangelio para presentar mejor a nuestros sentidos externos tanto lo que El nos da a entender en su Palabra, como lo que El hace interiormente en nuestros corazones, haciendo eficaz y firme en nosotros la salvación que El nos comunica. Son signos visibles y sellos de algo interno e invisible, por medio de los cuales Dios obra en nosotros por el poder del Espíritu Santo. Así, pues, las señales no son vanas ni vacías, para engañarnos; porque Jesucristo es su verdad, sin el cual ellas no serían absolutamente nada. Además, nos conten-tamos con el número de Sacramentos que Cristo, nuestro Maestro, nos ha ordenado, los cuales no son más que dos, a saber: el Sacra¬mento del Bautismo, y el de la Santa Cena de Jesucristo.
Rom. 4:11; Gn 17:11; Ex. 12:13, Col. 1:9, 11, Mt. 28:19, Rom. 10:8, 9, Gn. 9:13, Col. 2:11,(12 a); 1Pe. 3:20; 1Cor. 10:2; Mt. 28:19., 1Cor. 5:7.

1) La Santa Cena
La celebración de la Santa Cena, es un acto de proclamación del evangelio. V.26. esto es igual a decir: Jesús, lo que hiciste en el calvario por el pobre pecador, anunciamos en tu nombre y recordamos tu amor.

2) V. 23 – 24 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado:
Este pasaje nos explica el hecho de: ¿Por qué? partimos el pan, lo partimos por que amamos al Señor que pidió que hiciéramos esto para que no olvidáramos el significado de su sacrifico. Yo recibí del Señor, es decir es una disposición de Dios.
- Este “yo recibí del Señor quiere decir que:
a) Es su mesa, y no es algo que nosotros hacemos para El, como cuando le alabamos o le adoramos.
b) Comemos de su mesa, es su mesa por que el alimento el lo provee. (su cuerpo y su sangre)
c) El pone sus condiciones para que participemos.
d) El es el anfitrión
e) Somos sus invitados de honor cuando por la fe nos reunimos en su presencia
v. 23 al 24.
3) tomad comed v. 24
Note las palabras:
Tomad/bebed
Comed

4) indignamente v.29
Un Dios santo come con gente santa, por eso dije arriba que El pone las condiciones para participar, después de todo es su mesa, y está en todo su derecho para hacerlo.
No comer en el atributo santo en nuestra vida, era como acercarse a la zarza sin quitarse el calzado. Éxodo 5:3
El comer indignamente acarreo una terrible amonestación y juicio a los que participaron de una manera inapropiada.
Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. V.30
En la iglesia de Corinto habían muchos:
Enfermos/heridos con enfermedades.
Debilitados/su fé y su amor por Cristo y por la iglesia habían decaído.
Duermen/Dios había decretado juicio de muerte a los que comieron indignamente.
Este texto nos desafía a determinar nuestra vida a la Santidad y a la pureza, de los contrario nos veremos bajo la misma condición de los corintios, bajo una terrible amonestación de juicio. 1 Cor. 10:21-22
Por eso la Biblia dice en el v. 28.. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.

CONCLUCION
Todo creyente para poder participar de la mesa del Señor, es necesario que este en santa comunión con el Señor, que permanezca en buena salud espiritual y viviendo en la sana doctrina.
Todos aquellos que están en una condición de adulterio, fornicación, todo pecado de la mente como, lujuria, lascivia, y otros pecados de los cuales el Espíritu Santo este oprimiendo nuestras conciencias, deberán ser confesados y dar muestras de verdadero arrepentimiento con sus frutos y actitudes.



IGLESIA ICEF SEP. 2010 v.1.0
Pastor Manuel Pacheco